sábado, 26 de junio de 2010

Luz de escenario


Bajo este sugestivo título se esconde una de las canciones más bellas que yo he escuchado. Fue escrita por un cantautor nacido en Granada, al cual tuve el honor de conocer, llamado Fran Reca, él tuvo el detalle de grabar mi canción "Que se vayan" para el disco "En boca de todos".

Tuve el placer de presentarle a otro amigo, el trovador mexicano Alejandro Santiago, luego ambos también serían buenos amigos, de hecho Alejandro grabó está canción, "Luz de escenario" en su disco "Realidad virtual". Cuando estuve en México pude comprobar que esta canción era bastante conocida entre los asiduos a los conciertos el mundillo de la trova, ya que varios cantautores hacían versiones de "Luz de escenario", algo que ya pasaba en España, donde ya le había escuchado versiones a César Rodríguez, a Patricia Lázaro o a Mario Ojeda, aunque yo sigo quedándome con la versión de Alejandro Santiago.

Hoy mi hija Marta ha grabado su propia versión, aprovechando una grabación de la guitarra que le había pedido hace tiempo a Fran Reca que le dejase grabada, ella ha metido un piano, yo he metido una segunda guitarra en algunas partes.

Era esta una de las canciones que Marta tenía más ganas de grabar, una canción que suele acompañarnos a menudo en las noches de guitarras y cervezas con los amigos, una canción que hace tiempo que nos acompaña.



Para desgracia nuestra, un día el cantautor Fran Reca desapareció de los escenarios y después de un tiempo de meditación nos encontramos con Fran Russo, fotógrafo profesional, especializado en fotografías artísticas de bodas (por cierto, no sólo de bodas, la foto de Marta que aparece en este post es de Fran Russo).

Un servidor se considera tan amigo de Fran Reca como de Fran Russo y tan admirador de uno como de otro.

domingo, 18 de octubre de 2009

Juan Valdivia

Juan era una de esas personas con las que entablas una amistad eterna a las pocas horas de conocerlas.

El 23 de Octubre de 2008 llegaba yo a la ciudad de León (Guanajuato, México), acompañado por María José Hernández y Clara Collantes, mis compañeras de gira, Juan nos estaba esperando en la estación de autobuses. Ya mis amigos mexicanos me habían hablado de la calidad humana de Juan, pero creo de verdad que se quedaron cortos.

Él regentaba en “La última carcajada dela Cumbancha”, una peña (nombre que reciben en México ese tipo de locales de actuaciones) en León, él era el alma del local, durante nuestra visita se dedicó a hacer decenas de llamadas a amigos y conocidos para que asistieran a nuestro concierto, que por cierto, fue un éxito de público, gracias a Juan.
No podría contar la cantidad de “Cuvaldivias” (personalísima forma de elaborar los “cubalibres” que tenía Juan) que nos pudimos beber juntos. Terminamos la fiesta a altas horas de la madrugada, riéndonos y citándonos para una próxima vez, pero esa ya en mi terreno, en España, ya que él tenía muchas ganas de viajar.

Seguimos en contacto por email durante todo este año, de vez en cuando nos escribíamos. El pasado 12 de Octubre, lunes, recibí la triste llamada de María José Hernández, nuestro común amigo Alejandro Santiago le acababa de notificar el fallecimiento de Juan, se había producido la madrugada del 10 al 11 de Octubre. Una neumonía provocada por esa supuesta enfermedad, según muchos, llamada “gripe A”, nos había dejado sin un gran amigo, con un corazón tan grande como grande era todo su ser.

Juan se marchó y yo le debía un email, ya que me había escrito para ver si podía conseguirle el contacto con Ismael Serrano, para ver si podía llevarle a tocar a León. Yo sabía que Ismael estaba en Argentina entonces, por lo que decidí en vez de darle su contacto en España, con su oficina, pensé que era mejor esperar un poco y a la vuelta de Ismael tratarlo con él directamente…. ¡pero Juan se nos marchó antes!, así que me quedé en deuda con él.

Leyendo en Internet una de las noticias que hablan de su muerte, me encontré con este literal:

Tras su muerte, en su funeral hubo canciones, trova y pocos rezos (pero muy devotos). Como un momento especial se escuchó el Disco que grabara “La Corte de los milagros”, cuando estuvo en la ciudad de Xalapa, Veracruz. Al tiempo en que su disco era escuchado, fue coreado por los amigos asistentes.

Al menos eso me reconforta.

Amigo, no te olvidaremos.

lunes, 13 de julio de 2009

Carta


Decía mi inseparable Javier Prieto en la presentación de esta canción, la primera vez que la cantamos en público, durante un concierto que dimos juntos en Noviembre de 1982, "Esta canción se titula carta y es una carta de amor, como todas las cartas". Pero por desgracia no es así, me imagino que el idealismo de los 17 años que entonces tenía Javier le hizo ser así de optimista.

La vida nos ha ido descubriendo poco a poco que las cartas de amor son un bien escaso y en desaparición acelerada. El género epistolar poco a poco ha ido muriendo y en contra de lo que algunos pensábamos, la llegada del email no ha sido un revulsivo, ya que apenas nos escribimos nada, sólo nos "reenviamos" y las pocas veces que nos escribimos, lo hacemos con un estilo cada vez más lamentable, la ortografía ha muerto, la gramática ha sido asesinada.

Las cartas de amor ya no tienen cabida en nuestros días, ya que las cartas de amor deben cumplir un requisito importantísimo, deben ser bellas.

Mientras recapacitáis sobre el tema, os dejo este canción que escribí siendo casi un niño, en una tarde melancólica, el 13 de Noviembre de 1981, ¡ya ha llovido desde entonces!.

miércoles, 10 de junio de 2009

Sentimientos y sensaciones «a cántaros»


Homenaje a Pablo Guerrero

Francisco Espinosa, organizador del Homenaje a Pablo Guerrero y colaborador de CANCIONEROS.COM nos escribe su emocionada crónica sobre el concierto.

10/06/2009


He tenido que dejar pasar algo más de 24 horas para poder ordenar el aluvión de sentimientos y sensaciones acumuladas durante el homenaje a Pablo Guerrero en la sala Galileo Galilei, ha sido como si me quedase bloqueado al terminar.

Han sido meses de preparación, de nervios y de incertidumbre, pero ha merecido la pena. Ver una sala como Galileo abarrotada hasta arriba de gente un lunes por la noche, ha debido ser una magnífica prueba de afecto para Pablo Guerrero, ¡y me alegro mucho!

Desde las 18:30 comenzaron a llegar los músicos a hacer la prueba de sonido, bajo la tutela de Carlos, excelente técnico, que nos supo dar el sonido preciso a cada uno. Un total de 32 músicos (entre los cantantes y los músicos que les acompañaban) a lo largo del concierto sobre el escenario, son muchos músicos.

A última hora entró en el cartel Nino Sánchez, viejo amigo de Pablo Guerrero y único que se salía del perfil general, es decir, ser más joven que Pablo y por tanto, seguidor suyo. Algunos más jóvenes, algunos menos, unos más conocidos, otros menos, pero todos unidos por el aprecio y la admiración por Pablo Guerrero, por su música, por su poesía, por su sencillez y por ser una persona entrañable.

Se acercaba la hora de comienzo del concierto y aún no había visto a Pablo, ¿sería posible que al final no viniera?, ¡no, imposible!, a él le hacía mucha ilusión, ya no solo por el homenaje, también le apetecía mucho escuchar las versiones, oír cómo sonaba en las voces y los estilos de cantautores más jóvenes y algunos casi desconocidos para él. Pero llegó, allí me le encontré, en una mesa de la planta de arriba (donde nos metimos más de 50 personas, todos los músicos y sus más allegados), con un periodista de El País que había venido a cubrir el concierto.

Poco a poco la sala se iba llenando, había gente incluso sentada en las escaleras, en los pasillos, hacía las 21:45 apareció Víctor Alfaro en escena para ejercer de presentador, magnífico por cierto, desde que empecé a darle vueltas al asunto del concierto, siempre pensé que el presentador ideal sería Víctor, creo que todos estamos de acuerdo. A partir de ahí comenzaron (comenzamos) a desfilar por el escenario los músicos elegidos para el concierto. Por cierto, todos se mostraron muy ilusionados cuando les comenté la posibilidad de participar en el concierto, hubo algún caso, como el de Carlos Chaouen y Olga Andrés, que pese a estar en el cartel, al final no pudieron estar presentes por causas ajenas a su voluntad, o como el caso de Quique González, que se encontraba fuera de España grabando.

Seguramente que en esto pasa como en el fútbol, que cada uno haríamos nuestra selección, aquí cada uno habría hecho su propio cartel, pero este es el que se me ocurrió a mí dentro de los que cumplían con las dos condiciones iniciales que impusimos, ser seguidor de Pablo Guerrero y tener como máximo 50 años, para así poder considerarse “de una generación posterior” a Pablo.

La relación completa de cantautores y canciones, por orden de aparición en el escenario, es la siguiente:

• Nino Sánchez Amapolas y espigas
• Ignacio Lobo y Fernando Lobo Un rincón de sol en la cabeza
• Esmeralda Grao Mujer plural
• José Córdoba Hoy que te amo
• Álvaro Fraile Sueños
• Javier Prieto Un amigo se fue
• Rafa Mora y Moncho Otero Cruzo el puente del poema
• Javier Maroto Plata
• María José Hernández Dulce muchacha triste
• Carlos de Abuin La ciudad del nómada
Marwan y Lucas Extremadura
• Joaquín Lera Volar es para los pájaros
Francisco Espinosa Yo no sé lo que eras
Javier Batanero Por debajo del agua
Javier Bergia Pepe Rodríguez, el de la barba en flor
Pedro Guerra Teo
Ismael Serrano A cántaros

Al finalizar Ismael Serrano, al que acompañó Javier Bergia, sacamos entre todos a Pablo Guerrero al escenario, para que nos recitara un poema. A la conclusión del poema, con una ovación de más de 2 minutos por parte de un público puesto en pie, dimos por finalizado el concierto, después de 2 horas y 10 minutos maravillosos, llenos de cariño, complicidad y emoción.

Siempre pensé que los homenajes hay que hacerlos en vida y cuando el homenajeado se encuentra bien, tanto física como mentalmente, Pablo está magnífico, por eso este homenaje ha sido tan alegre y tan bonito.







Francisco Espinosa
Trovador

Publicado en cancioneros.com

lunes, 8 de junio de 2009

Pablo Guerrero en mi vida

Francisco Espinosa analiza su relación con la música de Pablo Guerrero

Esta noche, 8 de Junio de 2009, haremos en Madrid un homenaje al mítico cantautor Pablo Guerrero. Los homenajes deben darse en vida y a poder ser cuando el homenajeado se encuentra en perfectas condiciones, tanto físicas como intelectuales. Por eso este homenaje, porque queremos que Pablo sepa que ha sido un referente para nosotros.

08/06/2009

Cuando aprobé el carnet de conducir, estuve un tiempo compartiendo coche con mi tía, ella tenía unos 40 años y yo algo más de 18. A menudo asistíamos juntos a los conciertos que daban en el Rincón del Arte Nuevo gente como Rafael Amor, Joaquín Lera, Juan Antonio Muriel o Javier Batanero, a los dos nos gustaban mucho.

Recuerdo que ella llevaba en el coche varias cintas de música, todas muy variadas y entre ellas había una de Pablo Guerrero, concretamente el mítico disco “A cántaros”.

Una noche, unos ladrones abrieron el coche y se llevaron casi todo lo que había de valor dentro, salvo el radio-casete (que era muy malo), y dos cintas, una de Mari Trini y la de Pablo Guerrero. Siempre les agradecí a los ladrones su incultura y que no les gustase Pablo Guerrero, ya que gracias a ellos pasé cientos de horas (ya que yo nunca ponía la de Mari Trini) escuchando la música de Pablo, canciones tan míticas como “Planeó”, “Para huir de la muerte”, “Buscándonos”, “Me encontrarás” y tantas otras. Como anteriormente yo ya tenía en casa el disco, había veces que seguía escuchando el disco en casa, no creo que haya muchas personas en el mundo que hayan oído ese disco más veces que yo. Me convertí en un seguidor apasionado suyo, me compré el famoso disco del “Olympia” y conseguí que mi socio de escenarios, Javier Prieto me prestara los discos “A tapar la calle” y “Porque amamos el fuego" para grabarlos. Javier había estado en 1978, con 13 años, en la presentación en Madrid del disco “A tapar la calle”, es decir, otro gran seguidor.

Llevaba un tiempo sin saber nada de él, cuando en 1985, una noche encendí la televisión y me encontré a Pablo Guerrero junto a Suso Sáiz, Miguel Herrero y algún otro músico más en un concierto cantando una canción nueva, se trataba de “La maga de Coimbra”, una maravilla de canción, fresca, innovadora, cargada de nuevas sensaciones. Todo sonaba muy eléctrico, incluso llevaban una guitarra sintetizada. Estaba asistiendo a los primeros pasos de Pablo Guerrero dentro de la música más innovadora, algo alejado del folk y de la canción más tradicional, donde tan bien se movía. Aquella canción formaba parte de un (para mí) disco mítico titulado “Los momentos del agua”.

Después han venido otros muchos discos, la mayoría muy innovadores siempre y todos apasionantes. No quiero hacer un análisis de sus discos, para eso hay múltiples páginas webs donde ya lo hacen, tan sólo quería contar un trocito de mi historias junto a la música de Pablo. Los últimos años ya han sido afortunadamente pudiendo disfrutar no sólo de música, sino de su amistad también, Pablo es un gran músico, un maravilloso poeta, pero más que eso, es una excelente persona. Jamás podré olvidar un viaje que hicimos juntos en mi coche, donde pude disfrutar de un adelanto que me trajo del que luego sería el disco homenaje producido por Ismael Serrano, que se tituló “Hechos de nubes”, un maravilloso regalo.

Hace ya casi un año, se me ocurrió la idea de juntarme con un grupo de amigos, cinco o seis en total, todos de mi generación o más jóvenes y todos también próximos a Pablo, para reunirnos en un local de Madrid, un pequeño local de los que solemos tocar nosotros, para cantar cada uno dos o tres canciones de Pablo y así hacerle un pequeño homenaje. Al final la cosa ha crecido, muchos se han querido sumar a este homenaje y al final nos juntaremos bastantes amigos, en la sala más grande (de las salas donde programan cantautores) de Madrid para hacer el homenaje. Me dicen que hay mucha expectación y que seguramente se abarrotará el Galileo Galilei esta noche. Ojalá.



Francisco Espinosa
Trovador

Publicado en cancioneros.com

domingo, 31 de mayo de 2009

Así llegué a la canción de autor

Comencé a asistir a clases de guitarra en el colegio durante el curso 1975-76, pero no aprendí absolutamente nada, no puse el más mínimo interés en aquella clase, pero al comenzar el siguiente curso (como contaba en el post anterior) apareció en clase una chica que hice que pusiera mucho interés, además, un nuevo profesor, del que no quiero olvidarme, ya que él me enseñó la gran mayoría de los conocimientos de guitarra que tengo en la actualidad, su nombre era Ángel Serna. Fue durante los cursos 1976-77 y 1977-78 cuando todo cambió, empecé a dominar (dentro de mis posibilidades, claro) el instrumento y a apoyarme en la guitarra para transmitir sentimientos y emociones.

A finales de 1976 comencé a poner música a las Rimas de Bécquer, algo que estuve haciendo durante un par de años, también musiqué a Góngora, a Quevedo, a Garcilaso, incluso un poco más tarde a Salvador Spríu.
Por aquel tiempo yo no conocía a Paco Ibáñez y apenas había escuchado nada de música de autor, es más, Serrat me parecía un tipo aburrido, pero aquellos poemas que musicaba, ya empezaban a sonar a cantautor, sin saberlo, pero sonaban.

Fue en las navidades de 1977 cuando en un festival del colegio me subí por primera vez a un escenario a interpretar una canción a la que yo había puesto música (había subido varias veces a escenarios, pero siempre a interpretar cosas de otros). Fue junto a un compañero, José Manuel Corral (al que perdí la pista hace más de 25 años)
con el que canté la Rima III


Había ido yendo de Rima en Rima, de poema en poema, de poeta en poeta, cuando en una clase de música, a comienzos de 1978, apareció en clase un compañero con un disco de un cantautor, concretamente de Lluis Llach, un cantautor catalán, "Barcelona, Gener-1976" era el disco. Me pareció una maravilla, aquello sonaba exactamente como me gustaría que sonase lo que yo hacía, así que le pedí prestado el disco a aquel compañero, del que tampoco me quiero olvidar, Enrique Bilbao, que era buen amigo, de los de mi círculo cercano y al que también le perdí la pista hace muchos años.

Estuve con el disco en mi poder durante bastantes meses, como él quería volver a escucharlo, ya desesperado (porque me gustaba tanto que no se lo quería devolver) me ofreció que si se lo devolvía, me prestaría otro disco de Llach, algo a lo que accedí. Aquel segundo disco era el "Campanades a morts", un disco mítico que ya me marcó definitivamente. Al terminar aquel curso, ya me había comprado los 8 discos que tenía Lluís Llach editado hasta aquel momento. Hasta hoy.

sábado, 30 de mayo de 2009

Puedo ver


Aún recuerdo la primera vez que entró por la puerta en clase de guitarra, era el mes de Octubre de 1976. Yo había estado perdiendo el tiempo en aquella clase durante algo más de un año, en el que no había aprendido absolutamente nada, pero fue al verla a ella con su permanente sonrisa cuando empecé a tener interés en que dieran las 5 de la tarde de los martes y los jueves.

Durante el siguiente año aprendí casi todo lo que sé de guitarra, jamás había puesto antes tanto interés en ninguna otra cosa, como hice por intentar destacar para ella entre aquel nutrido grupo de alumnos.

La tarea fue dura, pero conseguí que se fijara en mí. Después de un año de miradas y sonrisas, sin apenas habernos intercambiado una sola frase, una tarde del mes de Noviembre de 1977 nos besamos por primera vez, de la manera que se dan los primeros besos, con la timidez y la intensidad propias de aquella edad. Yo tenía 14 años y a ella le faltaban tres meses para cumplir los 13.

La última vez que hablamos fue tomando una cerveza años después, me contó que se había quedado embarazada y que había estado coqueteando con la mala vida, pero que por su hijo todo iba a cambiar, que estaba muy contenta y con ilusión por el futuro, se había ido a vivir fuera de Madrid. Hubo una siguiente vez, cuando nos cruzamos por la calle, ella ya con el carrito del niño y con sus padres, nos cruzamos una larga mirada durante algo más de un minuto, pero no nos hablamos, me imagino que seguía sin caerle bien a su padre y ella trató de evitar el encuentro.

La semana pasada, su hermano (un año menor que ella) apareció ante mis ojos en el “Facebook”, en cuanto me vió me añadió a la lista de amigos. Abrimos un chat, nos saludamos y le comenté que no sabía nada de su familia desde que hace unos 25 años me encontré con su hermana. “¿Qué hermana?”, me preguntó, “¡cual va a ser, Marisa!” le dije, a lo que me respondió “falleció en 1991”.

Han pasado 18 años desde que ella se marchó, poco antes de cumplir los 26 años debido a una puta enfermedad, pero para mí murió hace pocos días, y eso se tarda en asimilar.

Jamás le escribí una canción, porque en aquellos tiempos yo no sabía escribir letras, empecé justo unos meses después. Sirva hoy esta canción como homenaje.

Vivirá siempre en la canción.