domingo, 31 de mayo de 2009

Así llegué a la canción de autor

Comencé a asistir a clases de guitarra en el colegio durante el curso 1975-76, pero no aprendí absolutamente nada, no puse el más mínimo interés en aquella clase, pero al comenzar el siguiente curso (como contaba en el post anterior) apareció en clase una chica que hice que pusiera mucho interés, además, un nuevo profesor, del que no quiero olvidarme, ya que él me enseñó la gran mayoría de los conocimientos de guitarra que tengo en la actualidad, su nombre era Ángel Serna. Fue durante los cursos 1976-77 y 1977-78 cuando todo cambió, empecé a dominar (dentro de mis posibilidades, claro) el instrumento y a apoyarme en la guitarra para transmitir sentimientos y emociones.

A finales de 1976 comencé a poner música a las Rimas de Bécquer, algo que estuve haciendo durante un par de años, también musiqué a Góngora, a Quevedo, a Garcilaso, incluso un poco más tarde a Salvador Spríu.
Por aquel tiempo yo no conocía a Paco Ibáñez y apenas había escuchado nada de música de autor, es más, Serrat me parecía un tipo aburrido, pero aquellos poemas que musicaba, ya empezaban a sonar a cantautor, sin saberlo, pero sonaban.

Fue en las navidades de 1977 cuando en un festival del colegio me subí por primera vez a un escenario a interpretar una canción a la que yo había puesto música (había subido varias veces a escenarios, pero siempre a interpretar cosas de otros). Fue junto a un compañero, José Manuel Corral (al que perdí la pista hace más de 25 años)
con el que canté la Rima III


Había ido yendo de Rima en Rima, de poema en poema, de poeta en poeta, cuando en una clase de música, a comienzos de 1978, apareció en clase un compañero con un disco de un cantautor, concretamente de Lluis Llach, un cantautor catalán, "Barcelona, Gener-1976" era el disco. Me pareció una maravilla, aquello sonaba exactamente como me gustaría que sonase lo que yo hacía, así que le pedí prestado el disco a aquel compañero, del que tampoco me quiero olvidar, Enrique Bilbao, que era buen amigo, de los de mi círculo cercano y al que también le perdí la pista hace muchos años.

Estuve con el disco en mi poder durante bastantes meses, como él quería volver a escucharlo, ya desesperado (porque me gustaba tanto que no se lo quería devolver) me ofreció que si se lo devolvía, me prestaría otro disco de Llach, algo a lo que accedí. Aquel segundo disco era el "Campanades a morts", un disco mítico que ya me marcó definitivamente. Al terminar aquel curso, ya me había comprado los 8 discos que tenía Lluís Llach editado hasta aquel momento. Hasta hoy.

2 comentarios:

  1. Que gozada de blog Franciso! Espero que lo actualices a menudo.
    Un abrazo desde Galicia.

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  2. GRACIAS POR PASAR POR MI BLOG. DESDE LUEGO QUE LA EXPECTACIÓN ES MUY GRANDE PARA EL CONCIERTO DE MAÑANA... Y TENGO ENTENDIDO QUE HAS SIDO TU EL MOTOR DEL MISMO, NO???
    Seguro que con ese cartel de impresión y tratándose de mi paisano Pablo Guerrero, no nos defraudará.
    HASTA MAÑANA ENTOCES!!

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